¿Por qué se utiliza hormigón en las pistas de aterrizaje de los aeropuertos?

Cuando pensamos en un aeropuerto, lo primero que nos viene a la mente son los aviones, las torres de control o las terminales. Sin embargo, hay un elemento fundamental que pasa desapercibido y que resulta esencial para la seguridad y eficiencia de cada vuelo: las pistas de aterrizaje. Lo que pocos saben es que muchas de ellas están construidas en hormigón, y esto no es una casualidad.

El hormigón se utiliza en las pistas de los aeropuertos principalmente por su alta resistencia a las cargas extremas que generan los aviones al aterrizar o despegar. Estas estructuras deben soportar el peso de aeronaves que pueden alcanzar varias centenas de toneladas, con una presión muy concentrada en puntos específicos. A diferencia del asfalto, que tiende a deformarse o deteriorarse con mayor rapidez, el hormigón ofrece una superficie mucho más estable y duradera, lo que lo convierte en una opción ideal para zonas de alto tráfico aéreo.

Otra de sus grandes ventajas es su longevidad. Una pista de hormigón bien ejecutada y mantenida puede durar entre 30 y 40 años, mientras que una pista de asfalto suele requerir intervenciones mucho más frecuentes. Esto se traduce en menos interrupciones operativas, menor coste de mantenimiento a largo plazo y una mayor fiabilidad para las operaciones del aeropuerto.

Además, el hormigón es mucho más resistente a las variaciones climáticas. No se ablanda con el calor extremo ni se agrieta fácilmente con el frío, lo que garantiza un comportamiento más estable durante todo el año. Esta característica es especialmente valiosa en regiones donde las temperaturas varían mucho entre estaciones o incluso entre el día y la noche.

Este tipo de pavimento no es exclusivo de un país o región. Aeropuertos tan importantes como el de Denver, Fráncfort o incluso algunas instalaciones españolas utilizan hormigón en sus pistas principales. También es común en bases militares y aeródromos donde se requiere el máximo rendimiento estructural.

Eso sí, construir una pista de hormigón no es tarea sencilla. Requiere un diseño cuidadoso, un control riguroso de los materiales, un curado adecuado y la instalación de juntas que permitan absorber las dilataciones del material sin comprometer su integridad. Además, la superficie debe ser tratada para garantizar el agarre incluso en condiciones de lluvia o humedad.

En cuanto al impacto ambiental, si bien la fabricación de cemento tiene una huella de carbono considerable, el hormigón compensa en parte gracias a su larga vida útil y bajo mantenimiento. Además, se están desarrollando alternativas más sostenibles, como hormigones reciclados, autorreparables o incluso capaces de absorber CO₂, que prometen reducir su impacto ambiental en el futuro.

En definitiva, el uso del hormigón en las pistas de aterrizaje es una combinación de ingeniería, funcionalidad y seguridad. Su resistencia, durabilidad y comportamiento ante el clima lo convierten en la base ideal sobre la que despega y aterriza la aviación moderna. La próxima vez que tomes un vuelo, recuerda que bajo las ruedas del avión hay mucho más que una simple superficie: hay toneladas de ingeniería silenciosa… hechas de hormigón.

No Comments

Sorry, the comment form is closed at this time.